La celebración de la boda de Candela y Javier, se hizo en el Hotel Mirador de la Franca. Es un lugar privilegiado, al borde de una de las playas más bonitas de Asturias, La Franca. Las dueñas del hotel son encantadoras, todo nos lo pusieron facilísimo, cosa que se agradece mucho cuando estamos trabajando.
Nada más llegar, los invitados tomaron el aperitivo en una terraza que estaba a lo largo de la playa, con una temperatura buenísima, era finales de septiembre y tuvieron una suerte tremenda con el día. Os voy a enseñar alguna invitada, porque las había espectaculares. Y es de agradecer, qué gusto cuando los invitados se molestan un poco en las bodas…
El almuerzo se repartió en los comedores del hotel, con unas vistas preciosas hacia el mar. Toda la decoración era de El Invernadero de Oviedo, con unas mesas de distintos tamaños y muy bonitas, que os enseñarán en su blog con detalle.
Después de la sobremesa, vino un grupo de música sevillano, que Candela y su familia conocía y ya empezó la cosa a animarse. Pero mucho. El ambiente era súper distendido, con grupos en el comedor cantando y tocando la guitarra, otros tomando algo hacia la playa, otros bailando… El baile era en una carpa transparente, como una auténtica pecera, que montó Paco, de Global rent y que más tarde iluminó Siapro. La decoración de la carpa era de un grande, Ramiro Jofre. Un auténtico espectáculo.
La fiesta terminó con el dj Kike Av por la noche, dentro del mar, ¡si!, la carpa se convirtió en el fondo del mar gracias a las medusas que había diseñado la madre de la novia, Covadonga Plaza, que junto al sonido que llegaba de la playa, hacía que fuese único.
Y después de muchas horas de trabajo, nos fuimos a casa, con mucha pena de que todo acabara. Qué gusto trabajar así, cuando el tiempo vuela por lo que una disfruta con su trabajo.
Gracias a estas dos familias por todo, tantas facilidades y tanto disfrute. Y gracias a Covadonga Plaza, que solo con su llamada para contar conmigo en esta boda, me alegró el año.