Una boda en Covadonga

Hace unos días, una pareja me dio mil razones para seguir publicando posts en este blog. A mí se me había metido en la cabeza, que era suficiente con mis publicaciones en Instagram, que ya se veía mi trabajo, pero me han hecho entender que hay personas que prefieren ver un post completo de una sola boda, así que a obedecer.

La boda que os enseño hoy es una belleza de boda. Con unos clientes de lo menos complicados, encantadores y cercanos, que me han dejado un gran recuerdo de todo el proceso, son de esos clientes que te da pena que se acabe el trabajo.

Tanto Valeria como Fernando son de Barcelona. Prácticamente el 90% de la boda vino de Cataluña, un día con un lío de vuelos terrible. Pero llegaron todos. Algo que en principio parece imposible (el traslado de todos los invitados), una vez que conoces a los novios se entiende todo ese esfuerzo.

Valeria se preparó en el Palacio de Coviella, un lugar en el que ya había trabajado, y que no puede ser más bonito. Es una opción imprescindible si vas a celebrar tu boda en el Santuario de Covadonga.

El vestido es de Rosa Clará, muy amiga de la madre de Valeria y que se volcó personalmente en la confección del mismo. Me contaba Valeria que era complicadísimo cuadrar las citas con la agenda de Rosa y ella, que está viajando continuamente, pero consiguieron un resultado buenísimo.

Una costumbre catalana, que me gusta mucho, es que el hermano del novio, lleva el ramo a la novia y le lee un texto. Es un momento muy emotivo y un primer contacto de las dos familias en la boda.

La boda estaba pensada íntegramente por MS Living, que no hace falta que os diga nada, podéis juzgar su trabajo con estas fotos. La decoración se hizo con hortensias y helechos, todo muy de nuestra región, me encantó, tenía un toque tropical a la asturiana. Se apoyaron mucho en la iluminación, cosa que disfruto como loca y que cada vez se está cuidando más en las bodas, una buena iluminación es el mejor decorado.

La ceremonia fue en la Basílica de Covadonga por la tarde. Esta iglesia es estupenda para trabajar en ella, tiene una iluminación fantástica y la salida es muy bonita. Los novios (y nosotros) no pudimos tener más suerte con el día, auténticamente de verano asturiano: nublado, caluroso y… ¡sin lluvia!, perfecto para las fotos.

Después de la ceremonia, volvimos al Palacio de Coviella para la celebración de la boda. Allí estaba el catering de Deloya esperando. Ya os podéis imaginar el nivel de exigencia de un catalán frente a un catering. Os puedo asegurar, que los comentarios que se oían de los invitados eran estupendos. Y es que en Asturias contamos con unos chefs de primera y Javier Loya está sin dudar en un lugar muy alto.

Fue precioso ver como caía la luz por la tarde y como iba subiendo la iluminación que diseñó MS Living, nos llevaron de espectáculo en espectáculo.

Después de la cena, llegó la hora del baile, que no decepcionó. Yo no sé si seré muy chapucera, pero me encanta que los novios no sepan bailar, que no lo ensayen y que salga como salga la cosa. Que ya no estamos en el siglo XVIII y que nadie baila casi ni boleros… ¡A lo loco!. El baile de Valeria y Fernando no fue para nada chapucero, que conste, pero no tenía esa perfección de movimientos de academia, me encantó.

La boda terminó con la actuación de Thrid Floor, que es un 10: animados, con un repertorio buenísimo y muy simpáticos, si estás pensando en una actuación en directo en tu boda, no lo dudes.

Muchas gracias a Valeria, Fernando y sus familias, ha sido un verdadero lujo trabajar para vosotros.

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