Parece una broma, pero esta boda se celebró en pleno invierno. En diciembre, que en Asturias pasamos un frío tremendo. Pero como este invierno vino muy rarito, todas las bodas tuvieron unos días de escándalo, sol y lo que es aún más raro, un calor estupendo.
Cristina se vistió en su casa con ayuda de su abuela, madre, hermana y alguna amiga (ojo a la sortija de Bea).
El vestido era obra de Teresa Palazuelo, con una espalda preciosa y un velo en color topo a juego con el encaje que llevaba el vestido.
Su madre estaba estupenda con un vestido y abrigo, de Caprile, muy acertado para una boda de día. El corte de las dos prendas era para levantar un monumento al diseñador, qué maravilla, qué genio es Caprile.
A la novia, la peinó y maquilló Gerclem y llevaba una corona de Cloudress, una tienda de Gijón, la dueña es una amiga de la novia.
Cristina y Joaquín se casaron en la iglesia de Santa Eulalia de Cabueñes, en Gijón.
Había invitadas estupendas, estos sombreros de fieltro son una opción buenísima para las bodas de invierno. Me encantaría ver alguno estilo años 30, son difíciles, pero me gustan mucho.
La hermana de la novia, que se pace muchísimo a ella, llevaba un vestido de Isabel Núñez con un tono precioso y una capa de terciopelo haciendo juego, que me encantó. Los guantes de piel en tono beige, un acierto.
El ramo de la novia es de El Invernadero, en Oviedo. Ellas se encargaron también de la decoración de La Riega, que estaba muy bonita. La semana que viene, publicarán un post en su blog con todas las fotos de su trabajo en esta boda, os va a gustar mucho.
Los sobrinos de Cristina, que son majísimos, llevaban unas capas preciosas, muy invernales y las arras y anillos en unas cajas de plata.
La celebración fue en el palacio de La Riega, que cuenta con Nacho Manzano como chef, todo un lujo.
Con el día tan espectacular que tuvieron, se pudo hacer el aperitivo en la terraza, que cuenta con las mejores vistas de Gijón, hay días que se consigue ver el mar y los Picos de Europa, una maravilla.
El chaqué de Joaquín era de Scalpers, ya he visto a más de un novio con un chaqué de allí y sientan como un guante.
El anillo de pedida de Cristina, es de la joyería Presmanes, en Santander. Llevo oyendo hablar de esta histórica joyería desde que nací, en mi próxima visita a Santander, voy a ir a verla sin falta.
De la mesa de chuches, se encargó Casa Pomelo, una empresa que llevan dos chicas de Gijón que hacen cosas muy bonitas para cualquier tipo de evento. Decoran, ilustran, hacen un montón de cosas de forma muy creativa.
Del vídeo de la boda se encargó Héctor Torra, que nos habló maravillas de los cócteles de Varsovia. Los novios quisieron que estuviera en su boda, entre otras cosas, porque su dueño es primo de la novia.
Muchas gracias a Cristina y Joaquín por tratarnos así de bien y ponerlo tan fácil para compartir vuestra boda. ¡Seguid disfrutando de ese pedazo de viaje!
¡Feliz Navidad para todos!
Mercedes, excelente trabajo! Enhorabuena.TERESA PALAZUELO
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¡Muchísimas gracias!, vuestro vestido era maravilloso, como siempre.
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