Después de hacer tantas bodas, te encuentras con todo tipo de familias, de novias, novios, celebraciones… Lógicamente, cuando me toca hacer fotos a mi familia lo disfruto muchísimo, todo en primera línea, qué gozada. También hay bodas muy especiales por otros motivos, como la de hoy, la boda de Susana y Pablo. A la familia de Susana la conozco y aprecio mucho y eso ayuda a tu trabajo desde el minuto uno. Qué fácil todo.
Susana y Pablo se casaron en Oviedo, escogieron la iglesia de S. Juan por más de un motivo y lo celebraron en el Hotel de la Reconquista. Una boda comodísima para los invitados, en pleno centro de Oviedo y a dos pasos todo.
Susana hizo los preparativos en la suite verde del hotel, que desde la boda de María y Jesús, no hago más que recomendarla. Es una gozada la luz de esa habitación.
La madre de Susana, llevaba un vestido y abrigo de Covadonga Plaza, igual que su hija.
Inés, la hermana de Susana, iba vestida de Marcos Luengo. Ya sé que en esta foto no se ve nada, tranquilidad, ¡que hay otra!. Inés nos dio una clase magistral de community management, mientras Lorena la maquillaba y Bárbara peinaba a la novia. ¡Me parece que necesitamos más!
Jorge es el hermano pequeño de Susana, un esquiador de primera y es evidente que a las hermanas se les cae la baba, y no me extraña. A más de una.
Disfruto mucho cuando me toca hacer fotos a vestidos que me gustan. Me pasa siempre con Covadonga Plaza, sientan muy bien y siempre está favorecida la novia. Y es que merece la pena invertir en un buen modisto. Sabe lo que te sienta mejor, como dice Caprile, «una buena confección a medida es la cirugía plástica más barata e indolora que existe» y el que la novia se vea bien, arrastra todo lo demás, va a estar mejor toda la boda. Susana estaba espectacular. Su vestido llevaba un encaje de Bruselas de quitar el hipo y un bordado en la cintura en tonos plata. Un vestido con mucha sustancia: bueno, bueno.
Los niños iban vestidos de Grétel, una tienda de Oviedo que lleva abierta la friolera de cuarenta años, allí se ha vestido más de una generación en Oviedo.
El sacerdote es tío de la novia y la ceremonia resultó muy bonita (desde luego, sus alumnas, de todo, menos aburrirse).
El novio, impecable. Con un chaqué de Plácido hecho a medida, con chaleco cruzado, no podía estar mejor. También lo tiene fácil con esa ascendencia alemana, un fachón.
La salida de la iglesia de San Juan es muy bonita, además, El Invernadero, que se ocupó de todo el adorno, la dejó preciosa. Me gusta mucho cómo se preocupan siempre de adornar la salida, llena completamente la foto, se ve muchísimo.
El Hotel Reconquista es un espacio muy bonito. Cuando no llueve, el aperitivo se sirve en el patio central. Lo que se ve al fondo es la antigua capilla del hospicio, donde hoy se hace el baile en las bodas.
Y el regalo para mí, fue la iluminación del vals. Lo pasé pipa.
Mil gracias a esta familia que no pudieron ser más cariñosos, ¡unos novios estupendos que me dan una envidia tremenda con su viaje!.
¡¡Qué fotos tan preciosas!! Reflejan perfectamente el día tan maravilloso que pasamos todos los que tuvimos la suerte de compartir ese momento con los novios, que son los dos un encanto de personas!! La novia todo un espectáculo, estaba radiante, fácil lo tenía con esa pedazo de madre que tiene. Enhorabuena por tu trabajo Mercedes, un gustazo de fotos.
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¡Muchas gracias Marién!
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Qué va a decir su tía Carmen…, todo maravilloso, pero lo mejor de todo son los contrayentes!…buenos, y queridos muchísimo por todos.
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